miércoles, 9 de febrero de 2011

Capítulo 6

-Tranquila-dijo encogiéndose de hombros- debí haberlo supuesto, va al lago, le encanta ir.
-¿El lago? Ignoraba que hubiese uno, la verdad.
Lucas se mordió el labio inferior y miró hacia las escaleras por las que acababa de bajar su perro.
-Yo... te llevaría gustoso al lago, es un sitio precioso, y muy romántico... –dijo esto bajando tanto la voz que dudé de que hubiese dicho eso- pero, tienes que irte a casa, así que... nada, voy a por Lucky.
Se fue hacia las escaleras pero tenía demasiada curiosidad como para dejarlo ir sin saber dónde estaba el lago, así que corrí hacia él, bajé las escaleras, las cuales estaban tan desgastadas que por poco acabo dándole un abrazo al suelo.
Cuando baje las escaleras busqué a Lucas por la zona, pero no había rastro de él, por lo que me di la vuelta dispuesta a subir las escaleras parecidas a una trampa mortal, pero antes de que pudiese llegar al cuarto escalón, alguien me llamó. Al momento reconocí la voz de Lucas, y después una carcajada suya.
-¡Vaya, que rápido te das por vencida! Te había tomado por una chica que no se da por vencido tan rápidamente, ya veo que me he equivocado...
Se metió las manos en los bolsillos de su pantalón y respiró profundamente. Realmente ese chico era guapo, tenía ese aire de persona que lo sabía todo pero no soltaba prenda nunca. Y además tenía el pelo rubio y rizado, algo que siempre me había atraído. Los chicos con ojos claros me resultaban terriblemente misteriosos, y los suyos estaban rodeados por unas largas pestañas que los enmarcaban. Y el cuerpo que tenía era un plus, los brazos musculados pero no demasiado, y el pecho ejercitado. No cabía duda de que hacía más ejercicio aparte de pasear a su perrito por todo el pueblo.
-Bueno... la verdad... no creo que me esperen hasta dentro de un rato, así que... –intenté hacerme la coqueta retirándome el pelo que se me había vuelto a poner en la cara- puedes llevarme al lago. Tengo mucho interés en verlo.
-No sé yo... no pareces muy convencida.
-¿Qué tengo que hacer para que me creas? ¿Jurártelo sobre mi futura tumba o alguna cosa chunga de esas?
-Se me ocurren muchas cosas mejores que podría demostrármelo, pero la verdad, no quieres saberlas... –se acercó a mí y volvió a clavar su murada en mí, sonrió pícaramente y se acercó un poco más- Tayla... ya sé que acabo de conocerte, y créeme, yo no suelo hacer este tipo de cosas en la primera cita, pero...
-¿Pero?-pregunté totalmente hipnotizada.
-Pero deberías saber que...
-¿Qué?- odiaba tener que sacarle las palabras con sacacorchos.
-Pero... quería decirte que...
-Lucas, me estás frustrando, dímelo- le contesté de una vez.
-Deberías saber que tienes unos ojos preciosos-me ruboricé cuando dijo esta primera parte, pero lo fastidió con la siguiente- pero me dan un poco de yuyu.
-¡Oh!-exclamé sorprendida, la verdad, esperaba que hubiese parado en la primera parte, hubiese sido perfecto, pero no- vaya... gracias, nunca me habían dicho que mis ojos daban miedo y a la vez eran preciosos todo en una frase.
-Sí, supongo, ya me iras conociendo, tenemos todo un curso.
-¿Todo un curso?
-Sí, todo el curso, tienes 16 años, ¿no? Yo tengo 17, los cumplí ayer.
-¡Guau! ¡Qué orgulloso debes de estar!-me vino un recuerdo a la cabeza y no pude evitar decirlo en voz alta- me recuerdas a esos niños de cinco años que ya van al baño solos y que dicen con mucho orgullo a sus compañeros: “¡Ya soy un nene grande!”-justo después de decir esto no pude reprimir una sonora carcajada.
-Vaya, vaya, así que la mocosa se cree muy mayor, ¿eh?- me cogió de la cintura y me empujo hacia la pared, puso sus brazos de forma que no pudiese escapar, acercó su cara a la mía y me miro otra vez con esos grandes ojazos- deberías saber que muy seguramente compartamos curso, y que soy popular, muy popular, por lo tanto, no te conviene llevarte mal conmigo, será lo mejor, Tayla.
-Y yo creo...- dije poniendo mis manos en su pecho intentando empujarlo hacia atrás pero no sirvió de nada, así que me crucé de brazos y seguí con mi frase- creo que eres el típico deportista que se lleva bien con todo el mundo, pareces un hermano mayor- entrecerró los ojos y siguió mirándome esperando a que dijese algo más, y por supuesto que tenía algo más que decir- aparte, no me das ningún miedo.
-¿No? ¿Y entonces qué sensación te produzco?-se acercó aún más a mí.
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2 comentarios:

  1. Dios.... pero porque no me abre podido pasar antes por aqu´? esto es fenomenal kristal!! voy a seguir leyendo

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