lunes, 15 de agosto de 2011

Capítulo 18

-Tayla, cielo, ¿ya has vuelto?-gritó mi madre desde una habitación.
-Sí-respondí, desviando mi mirada del cuadro y dirigiéndola hacia la procedencia de la voz.
-¿Qué tal el pueblo? ¿Verdad que es más bonito ahora que lo conoces?
-Precioso-contesté, en voz baja.
-¿Algo interesante?
-Algo... poca cosa.-contesté, pensando en Lucas.
-Me alegro, cariño. Por cierto, ha llegado una carta, tienes que ir a matricularte al colegio, empiezas en tres días.
-¡Genial!-dije, con falsa alegría.
Volví a mi habitación y cerré la puerta tras de mí. Por arte de magia, mi antiguo escritorio estaba situado al lado de la ventana y cerca del gran balcón. Bueno, no estaba segura de que fuese mi antigua mesa, juraría que había pegado un montón de pegatinas de colores cuando era pequeña, y ahora... no había ni una, ni un mísero rastro del pegamento que se solía quedar cuando las arrancabas, ni un triste trozo de papel... Examiné minuciosamente todo el mueble, palpándolo con las manos, en busca de algo que fuese de mi antigua mesa, pero nada. Entonces recordé, que dos meses después de la desaparición de mi hermano, grabé, con las llaves de mi diario para no olvidarle, su nombre bajo la mesa, si estaba ahí, sería una prueba de que esa era la mesa en la cual me había pasado largas horas estudiando y... no estudiando. Mi padre no podría haber lijado la mesa para borrar toda evidencia de la antigüedad de mi mesa, y, de todas formas, ver el nombre de mi hermano habría supuesto un golpe bajo para él, así que, conociéndole, no hubiese lijado la parte baja del escritorio.
Tuve que separar la mesa de la pared para buscar el grabado. No me acordaba que pesaba tanto, claro, en mi antigua habitación la mesa no estaba totalmente pegada a la pared, así que podía acceder a la parte de atrás con facilidad. Cuando conseguí separar un poco la mesa, cogí mi móvil para alumbrar la parte de abajo y poder ver si estaba lo que buscaba. Para mi sorpresa, ahí estaba el nombre de mi hermano grabado torpemente, con la caligrafía de una niña de siete años.
Pasé mi mano por cada letra, hacía tiempo que no me había permitido el pensar en él, contradiciendo el motivo de la grabación que estaba palpando. Me obligué a olvidarle casi por completo de cómo era él, su voz, su color de ojos... todo. Por algún motivo, el olvido me hacía más daño, pero era un dolor más llevadero que el que sentía al recordarlo.
Decidí dejar de pensar en él, ya que empezaba mis ojos más húmedos que de costumbre, estaba segura que, de mirarme en un espejo, mis ojos estarían más vidriosos. Pasé el dorso de mi mano por mis ojos evitando que dos lágrimas cayesen por mis mejillas hasta el suelo. Para distraerme, empecé a abrir algunas cajas que tenía cerca de mí. La primera que escogí contenía la mayoría de mis camisetas de verano, las cuales, estudiado el clima de la zona donde estaba situado el pueblo, las iba a utilizar con excesiva frecuencia. Recogí las camisetas dobladas y las coloqué en la estantería de debajo, donde las tenía más a mano. Las puse de acuerdo a mis gustos, las que más me ponía, es decir, mis favoritas, estaban situadas arriba de todas, y más abajo, aquellas que sólo llevaba cuando las demás estaban sucias o lavando.
Las siguientes caja contenía mis pantalones, largos y cortos, que colgué en las perchas, también respetando el orden de mis preferencias: todos los pantalones vaqueros claros iban los primeros, seguidos de los vaqueros más oscuros y de los que no eran vaqueros, estos en un orden sin importancia para mí. Las demás cajas tenían en su interior mis zapatos, calcetines y ropa interior, que fui depositando en los cajones sin importarme en cual estaban, ya tendría mucho tiempo para memorizar donde estaba cada cosa.
Las últimas cajas que estaban en mi habitación tenían cosas más íntimas y personales, como mis álbumes de fotos, donde estaban la mayoría de mis recuerdos, personalizados con frases que mis amigas y yo habíamos escrito en bromas: muchas de ellas eran comentarios sobre las caras con las que salíamos en las fotos, otras, eran cosas que habíamos dicho en algún momento y que nos había hecho gracia. Estaban escritas en colores muy chillones, y con varios tipos de letras. Había un álbum que especialmente llamaba mi atención, me lo regalaron mis amigas antes de mudarme, en él estaba mi nombre escrito en varios colores y a relieve. Lo había mirado varias veces, y ya casi sabía dónde estaba cada frase, pero aún así, lo abrí y empecé a mirarlo: en la primera página aparecíamos las cinco del grupo principal, normalmente éramos sólo nosotras, pero había ocasiones en las que alguna amiga o conocida de una de nosotras se unía. Estábamos sonriendo todas, recuerdo ese día, habíamos ido a un monte a pasar el cumpleaños de Alice, que por una vez, quiso ir a hacer algo tranquilo y no ir de fiesta. En ese momento estábamos todas riéndonos, porque Ann parecía no haber puesto el disparo automático, pero la luz roja seguía parpadeando, y por si acaso todas poníamos nuestras mejores caras para no salir desprevenidas. Fue uno de los días en los que mejor nos lo pasamos. Cuando pasé a la siguiente página me descubrí a mí misma riéndome de mis propios recuerdos.
Cuando todas las cajas estaban en su sitio, me senté en el escritorio y saqué un libro que hacía tiempo que dejé de leer, nunca conseguía terminarlo, me parecía terriblemente aburrido, pero me había prometido a mí misma leerlo, ya que era uno de los favoritos de mi madre, y la mayoría de sus comentarios estaban basados en la novela. Así que decidí empezar por donde lo había dejado... la... segunda hoja. ¿Sólo había conseguido leer dos hojas? Y ni siquiera me acordaba de ellas. Bueno, como siempre hacía, pasé las hojas y elegí la opción más fácil, dejarlo para el día siguiente.
-¡Tayla, la comida!-gritó mi madre desde lo que supuse que era la cocina.
¿Comida? Creo que era lo mejor que había oído en mucho tiempo

9 comentarios:

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  2. Holaa chiqui (= Sigo tu blog, y ya me he leído tu historia, me ha encantado, espero que sigas subiendo capítulos. Además se nota que eres muy buena escribiendo, sigue así ^-^
    Besiitos! (:

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  3. Jo, que pena lo de la pérdida de su hermano. Pero seguro que Tayla es muy fuerte (:
    El siguiente ya por favor! :D

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  4. Me encanta tu historia :D
    Y espero ansiosa el siguiente capitulo
    Sigue así!!

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  5. http://notreetincelle.blogspot.com/
    Sigo tu historia :)

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  6. Me encanta tu historia! La he leido desde el principio y tengo que decirte una cosa, es genial! Es super interesante! yo tambien tengo una novela es:
    http://quieresentrarenmidiario.blogspot.com/
    P.D: ESCRIBE PRONTO EL SIGUIENTE CAPITULO!

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  7. me he leido la historia entera en una tarde :) es fantastica!! me encanta,yo te sigo!! ;) me gustaria que te pasaras cuando pudieses por mi blog, empece hace nada a escribir la historia y me gustaria que me dijeras que te parece :) gracias! ;)

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  8. Me encanta tu historia me la he leido por lo menos 4 veces ya,sigue escribiendo mas historias,
    sigueme yo te sigo :) :
    http://lapitufoaventuradeestapitufina.blogspot.com/

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  9. sigue con el siguiente capitulo ya porfis!!!! jajaja por supuesto te sigo!

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